2006-07-15

¿Es la pizza tan adictiva como el opio?





Ranking: 10%
Confirma que no estamos adaptados al consumo de los cereales y los lácteos


¿Es posible que la pizza, la combinación más famosa del trigo y la leche, sea adictiva como el opio, y que cause problemas serios de conducta en los chicos, y cambios emocionales en los mayores?

Estos artículos parecen indicar algo al respecto (recomendada su lectura):

Preguntas Frecuentes Acerca de la Intervención Dietética para el Tratamiento del Autismo y Otros Trastornos del Desarrollo
Este artículo trata del efecto del gluten de trigo, cebada, etc. en los niños autistas, pero también se aplica a otros problemas.

Opiáceos (narcóticos) de origen sintético y análogos
Una excelente revisión a nivel de divulgación científica sobre los efectos de los opiáceos en el cerebro

Tratamiento Clínico del Autismo, Ataques de Pánico, Hiperactividad, Esquizofrenia entre otras enfermedades

Esta última página hace recordar a la conmovedora película "El aceite de la vida" en el sentido de que se trata de un padre que investiga la enfermedad de su hijo con el apoyo de dos profesionales. Esto sucede en Chubut, Argentina.

De la página sobre autismo y alimentación:

P: ¿Qué sucede cuando ellos toman estas proteínas?
R: Investigadores en Inglaterra, Noruega, y en la Universidad de Florida han encontrado péptidos (productos resultantes de la fragmentación de proteínas) con actividad opiácea en la orina de un alto porcentaje de niños autistas. Los opiáceos son drogas, similares a la morfina, que afectan el funcionamiento del cerebro.

P: ¿Qué proteínas son las que causan este problema?

R: Los dos ofensores principales parecen ser el gluten (la proteína del trigo, la avena, la cebada y el centeno) y la caseína (proteína de la leche).

P: Pero la leche y el trigo son los dos únicos alimentos que mi hijo quiere comer. Su dieta consiste completamente de leche, queso, cereal, pasta y pan. Si los elimino, me da miedo que pase hambre.

R: Debe haber una buena razón para que su hijo se “auto-limite” a estos alimentos. Los opiáceos, como el opio, son altamente adictivos. Si este explicación del “exceso de opiáceos” es aplicable a su hijo, entonces él realmente es un adicto a esas comidas que contienen las proteínas perjudiciales. Aunque le parezca que su niño se fuera a morir de hambre si usted elimina esos alimentos, muchos padres reportan que después de una reacción inicial de “abstinencia”, sus hijos están cada vez más dispuestos a comer otros alimentos. Después de pocas semanas, la mayoría de los niños sorprenden a sus padres al ampliar más sus dietas.

P: ¿Acaso no es necesaria la leche para la salud de los niños?
R: Los americanos hemos sido criados en la creencia de que esto es cierto, debido principalmente a los grandes esfuerzos de la American Dairy Association (Asociación Americana de Productores de Lácteos), y muchos padres parecen creen que es su deber alimentar a sus hijos con la mayor cantidad de leche posible. No obstante, a muchos niños perfectamente sanos les va perfectamente bien sin leche. Lo que los niños necesitan no es la leche sino el calcio. A la leche de vaca se le ha llamado el “alimento más sobre calificado del mundo” y “adecuada sólo para los becerritos ”. Hasta existen evidencias de que la hormona de vaca presente en los lácteos realmente bloquea la absorción del calcio en los humanos.

Sean cuidadosos, cuando decimos eliminar los lácteos nos referimos a todo, y eso incluye leche, mantequilla, queso crema, crema agria, etc. También incluye ingredientes de productos como la “caseína” y el “suero”, y hasta palabras que contengan la palabra “caseína”. Lean las etiquetas – rubros como el pan y el atún muchas veces contienen productos lácteos. Hasta el queso de soya usualmente contiene caseínato.

Si desea más información sobre cómo vivir sin lácteos, existe un libro muy bueno llamado Raising Your Child Without Milk (Criando A Su Hijo Sin Leche), escrito por Jane Zukin. También hay otro libro muy bueno llamado Don’t Drink Your Milk (No Te Tomes La Leche) de Frank Oski (el fallecido jefe de Pediatría del Hospital John Hopkins y autor de Essential Pediatrics (Pediatría Esencial). Este libro cita los resultados de varios estudios de investigación que concluyen que la leche es un alimento inapropiado para los humanos y especialmente los niños. Se consigue en Park City Press, PO Box 25, Glenwood Landing, NY 11547, ISBN #0671228048, por $4.95.



De la investigación argentina:

Nuestra teoría, ya comprobada en varios pacientes, es la siguiente:

La candidiasis (levadura residente en nuestro cuerpo) por alguna razón se desestabiliza y crece descontroladamente, principalmente, en el intestino delgado.

Cuando las personas comen alimentos con gluten (harinas de trigo, cebada, centeno y avena) y con caseina (lácteos) la cándida las introduce al torrente sanguino como derivados del opio (gladiomorfina y casiomorfina). Es decir que la persona que consume estas sustancias, tendrá los mismos síntomas que tienen las personas drogadictas, y por lo tanto es muy frecuente que se vuelvan adictos al pan o a los lácteos.

Por ello aparecen los síntomas de analgesia, somnolencia, cambios del estado de ánimo, depresión respiratoria, nausea, vómito, "miosis" (constricción pupilar) y disminución de la motilidad del tubo digestivo y los cambios conductuales que se identifican con la euforia inicial, la apatía, lentitud psicomotora, el deterioro en el proceso del pensamiento y en la capacidad de atención y memoria, así como con cambios drásticos en actitudes escolares y sociales.

Si dejan de consumirlos se presentan los síntomas de las abstinencias como nerviosismo, dolor muscular y óseo, insomnio, diarrea, vómito, escalofríos, movimientos incontrolables, somnolencia, vasoconstricción de la pupila, comezón y pilo erección.

Cuando a los pacientes de autismo, esquizofrenia, hiperactividad, sindrome bipolar, ataques de pánico etc. se les inicia el tratamiento de las levaduras (candidiasis), el enfermo y los familiares deben pasar por periodo difícil, ya que al momento de la muerte de las levaduras, estas dejan toxinas muy complejas que incrementan los síntomas del paciente y además comienza la dura tarea de padecer los síntomas de abstinencias de opiaceos, como cuando un drogadicto deja de consumir las drogas.

Claramente, estos dos estudios apoyan la teoría de la evolución incompleta de nuestro cuerpo; aún no hemos evolucionado para aceptar a ciertos cereales y menos aún a los lácteos, y nuestra salud, incluyendo la de los niños, son los que pagan el pato.

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