2007-07-21

Cancer y alimentos evolutivos y no evolutivos: una lección de proporciones

Ranking: 30%
Confirma el papel de la dieta sobre la aparición y recaída del cáncer, muy lógico desde el punto de vista de la Dieta Evolutiva. Las conclusiones finales son que nuestro organismo es sumamente hábil en aprovechar lo bueno de nuestros alimentos evolutivos, y sumamente débil para soportar los efectos de los alimentos no evolutivos. Asimismo, indica que la alimentación por sí sola no es suficiente para producir un estado de salud total.


Recientemente aparecieron dos llamativas noticias sobre la relación entre alimentos y cáncer. La primera sobre el descubrimiento de que la dieta "occidental", que se caracteriza por ingredientes de carne y dulce, puede implicar un mayor riesgo de sufrir cáncer de mama, según un estudio publicado el 11 de julio de 2007 por la revista Cancer Epidemiology.
La segunda es que una dieta intensiva en frutas, vegetales y fibra no previene la recaída del cáncer de mama, aunque puede reducir dramáticamente la probabilidad de su aparición mientras aporta beneficios adicionales a la salud, según un estudio divulgado en Estados Unidos.
Estas dos noticias, miradas desde la perspectiva de la Dieta Evolutiva, tienen un profundo sentido, y nos hablan del papel de las proporciones según la evolución del cuerpo humano.

Veamos el primer estudio, sobre el aumento del cáncer entre las mujeres que consumen más carne y dulces:



Una investigación señaló que la amenaza de una reaparición del cáncer de mamas fue evidente cuando se comparó la dieta "occidental" con la de mujeres asiáticas que consumen soja y verduras en mayor cantidad.
Esa conclusión confirma la relación denunciada por otros estudios entre la carne y los platos con gran contenido de grasa de la dieta occidental y una mayor incidencia de diversos tipos de cáncer, así como de enfermedades cardíacas y diabetes.
Según los científicos del Centro Oncólogico Fox Chase de Filaldelfia (Pensilvania), la incidencia de cáncer de mama es ahora mayor entre mujeres asiáticas debido a que han comenzado a aumentar su consumo de la dieta "occidental".
En el estudio se analizaron los hábitos de alimentación de unas 3.000 mujeres de Shanghai, la mitad de las cuales sufría cáncer de mama.
Todas explicaron cuáles eran sus platos y alimentos preferidos y se les clasificó en dos grupos.
Uno, partidario de la dieta occidental, consumía carnes rojas, camarones, pescado, caramelos, todo tipo de postres, pan y leche.
El otro, más vegetariano, prefería el "tofu", las verduras, los vegetales, las leguminosas, el pescado y la leche de soja.
Las mujeres post menopáusicas del grupo "occidental" mostraron un 60 por ciento de mayor riesgo de sufrir el tipo más común de cáncer de mama, en comparación con las vegetarianas.
"Notamos un efecto evidente cuando observamos mujeres post menopáusicas excedidas de peso. Parece que existe una interacción entre la dieta carne-azúcar y el sobrepeso", dijo Marilyn Tseng, del Centro Oncólogico Fox Chase y uno de los autores del estudio.
Por otra parte, los científicos no encontraron una vinculación directa, negativa o positiva, entre el cáncer de mama y la dieta caracterizada por el alto consumo de verduras.
Según Lawrence Cheskin, profesor de salud y nutrición en la Escuela de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins, esta es una prueba más de que la dieta está vinculada al cáncer.
"Vemos que existe un aumento en el cáncer, según sea lo que comamos y si somos gordos", agregó.



Ahora, la segunda noticia nos dice que si bien las frutas y las verduras, nuestros alimentos primigenios, es un gran preventivo de la terrible enfermedad, su aumento por sí sólo no nos protege de su reaparición:



"No es una mala noticia como uno piensa a primera vista", dijo la coautora del estudio Cheryl Rock, profesora de la Escuela de Medicina de la Universidad de California en San Diego.
"Este es un estudio antiexageraciones", dijo. "Usted no tiene que pasar su día exprimiéndose y en el mercado del granjero (para mantenerse saludable)".
Las mujeres que comieron al menos cinco raciones de frutas y vegetales al día e hicieron ejercicios seis veces por semana redujeron a la mitad la reaparición de cáncer, dijo Rock.
No hubo mejoras notables entre mujeres que cambiaron su dieta en forma más drástica.
Pero las mujeres que comieron significativamente menos que las recomendadas cinco raciones al día tuvieron un 40% de riesgo de reaparición o nuevo cáncer primario, explicó Rock.
El estudio hizo un seguimiento a 3.088 sobrevivientes de cáncer de mama durante entre seis y 11 años para ver si duplicar la recomendada ingesta de frutas y vegetales, reduciendo la grasa e incrementando las fibras, podría prevenir la reaparición.
La mayoría de las mujeres superaban los 50 años y el 75% ya comía un promedio de cinco raciones de frutas y vegetales antes de que comenzara el estudio.
A la mitad de las mujeres les dieron clases de cocina y consejos telefónicos para ayudarles a adoptar una nueva dieta intensiva. Ellas se preocuparon de incrementar la ingesta de frutas y vegetales a un promedio de 12 raciones al día, cortando considerablemente las grasas y aumentando las fibras.
A la otra mitad se les dijo que siguieran las recomendaciones establecidas por el gobierno norteamericano, que podían ser encontradas en la página web
www.mypyramid.gov.
Ambos grupos habían tenido una tasa de reaparición de cáncer de mama de alrededor de 17% y una tasa de mortalidad de 10%.
Esto fue una mejoría considerable sobre la tasa típica de reaparición de 30%, dijo Rock en una entrevista telefónica.
El estudio no prueba que estas dietas intensivas no sean útiles en el largo plazo, agregó Rock.
"Quizás uno tenga que comenzar de este modo a los 15 (años). Quizás ellas ya habían ido demasiado lejos en sus cambios metabólicos internos", se preguntó.
Los autores examinarán más resultados para ver si las mujeres con un particular perfil genético pueden ser ayudadas por una dieta más intensa, dijo Rock.
"Deseamos mantener en mente que este estudio se refiere sólo a sobrevivientes de cáncer", indicó la investigadora.
"Muchos otros estudios bien diseñados y controlados han mostrado claramente que comer más de cinco frutas y vegetales puede un día hacer grandes diferencias en riesgos de enfermedad al bajar la presión sanguínea y reducir los riesgos de ataques y de enfermedades cardiacas".



¿Que tienen en común estas dos noticias?
Que los buenos efectos de los alimentos evolutivos de los humanos no puede aumentarse más allá de los límites determinados por nuestra necesidad natural, mientras que el mal efecto de los alimentos no evolutivos sí aumentan su malignidad según su proporción.
Es decir, nuestros cuerpos están muy bien adaptados para extraer lo bueno de los alimentos naturales aunque su cantidad sea poca, pero no tiene capacidad de rechazar los malos efectos de los alimentos no naturales, y por lo tanto, allí sí importa la cantidad.
Al comer tan sólo 5 raciones de frutas y verduras diariamente, ya existe un gran efecto saludable en el cuerpo, que aprovechará hasta el máximo los componentes aún no completamente conocidos de los vegetales. Un aumento de estos alimentos más allá de lo necesario no nos causará daño, pero será inútil para aumentar sus efectos positivos.
Pero al someter al cuerpo a substancias artificiales o para los cuales no estamos suficientemente evolucionados (dulces y carnes) simplemente no tenemos defensas, y así nuestro cuerpo es víctima tanto por la calidad como por la cantidad de esos tóxicos.

Una última reflexión sobre el estudio del aumento de frutas y verduras y la reaparición del cáncer es que confirma uno de los postulados de la Dieta Evolutiva en el sentido de que para cambiar al "estado de salud" desde una enfermedad no es suficiente simplemente adoptar los alimentos evolutivos, sino cambiar la entera forma de vivir, que incluye el contacto con la Naturaleza y con los planos sutiles de la existencia.

2007-07-19

Frutas y verduras alargan la vida - Estudio



Ranking: 20%
Confirma el papel saludable de las frutas y las verduras sobre nuestro organismo, a la vez que demuestra (una vez más) cómo los alimentos y formas de vida que no están registrados en nuestro patrón genético nos acortan la vida... hasta en un 30%


Se conocía la bondad de su ingesta, pero no se había cuantificado la relación directa que tiene en la prevención de enfermedades mortales, ahora la recomendación de las autoridades sanitarias de comer cinco raciones (unos 500 gramos) de fruta y verdura al día tiene un porqué. Lo demuestra un estudio de investigadores españoles dirigido por Antonio Agudo, del servicio de epidemiología del Institut Català d´Oncologia (ICO). Desde hace años analizan la relación entre dieta y cáncer (y otras enfermedades) y su trabajo constata que los españoles que comen más fruta y verdura tienen una mortalidad hasta un 30% inferior a quienes ingieren menos de estos alimentos.




EL ESTUDIO
Los investigadores analizaron la mortalidad en seis años y medio en 41.358 personas (15.610 hombres y 25.748 mujeres) de 30 a 65 años de Asturias, Guipúzcoa, Navarra, Murcia y Granada. Esta población es el grupo español reclutado en 1992-1996 para el estudio europeo Epic sobre nutrición y cáncer y de la que se conoce qué come y en qué cantidad. Las personas estudiadas consumían de media 224 gramos de verdura y 276 de fruta fresca diarios. Un 25 por ciento de ellos duplicaba estas cifras, y otro 25 por ciento no comía ni la mitad de esa cantidad.



Las conclusiones del informe, que se enmarca en una investigación europea más ambiciosa, muestran que el 25 por ciento que comía mas hortalizas tenía hasta un 30 por ciento menos de mortalidad que el grupo que ingería menos vegetales.



Del estudio se desprende que en las regiones del sur de España se consumen más frutas y verduras que en las del norte, y lo mismo sucede al comparar las personas mayores con los jóvenes. “En cambio la media española de consumo de estos alimentos está por encima de la de países del norte de Europa” , según Agudo."El trabajo midió la mortalidad global, sin especificar las causas, como un indicador de mejor o peor salud", aclara Agudo, "aunque, evidentemente, sabemos que el cáncer y las enfermedades cardiovasculares son las principales causas de muerte en la población adulta española".



El estudio impulsado desde el ICO ha comprobado que entre esas personas ha habido 562 muertes (más de la mitad de ellas provocadas por el cáncer y otras 123 por enfermedades cardiovasculares, entre otras causas), que se analizaron según cada grupo de población (repartidos según la cantidad de frutas y verduras que consumen); y se vio que había menor mortalidad en el grupo que comía más fruta y verdura que en el que menos ingería.



Después de cruzar los resultados en función de la edad, el sexo, los estilos de vida y la alimentación, los investigadores han encontrado una relación directa entre el mayor consumo de vegetales y una menor mortalidad.Así, el estudio vio que la mortalidad se reduce un 21% entre quienes comen más fruta fresca respecto a los que menos; un 28% en quienes comen más hortalizas como la zanahoria y un 23% en los que comen más hortalizas de semilla como tomate o pimiento.



Por nutrientes, la mortalidad se reduce un 26% entre quienes toman más vitamina C, un 32% entre quienes toman más provitamina A y un 35% entre quienes toman más licopeno (un caroteno presente en el tomate, por ejemplo).



PROBABLES CAUSAS DE LA DIFERENCIA
Agudo explicó ayer que se atribuye la reducción de la mortalidad sobre todo a los antioxidantes contenidos en la fruta y verdura y que combaten la oxidación de las células - que causa su mutación, envejecimiento y muerte, lo que afecta a los tejidos-. Esto vale para las vitaminas C y A, pero el estudio apunta que el beneficio del licopeno no sería tanto como antioxidante (que lo es) como por incidir en otros mecanismos metabólicos como producción de insulina o protección ante inflamaciones. Señaló que se reducen las muertes en enfermedades como cáncer, cardiovasculares, respiratorias o diabetes (en la población estudiada, 295 muertes fueron por cáncer, 123 por enfermedad cardiovascular, 66 por accidente y causas similares y 31 por enfermedades respiratorias y digestivas, además de otras causas menores).
"Tomar más de una fruta al día ya reduce un 20% la mortalidad y lo mismo para más de una ración de verdura al día", aseguró Agudo. Agregó que sin ir a los extremos de población que toma más y menos frutas y verduras, ya se observan diferencias de mortalidad al aumentar una ración. Gabriel Capellà, director de investigación del ICO, y Carlos A. González Svatetz, también de este centro y coordinador del estudio Epic en España, señalaron que estos datos aportan solidez a la recomendación de comer de forma más saludable" y prueban la relación entre dieta y salud, que se conoce desde la Grecia antigua. Se quejaron de que en 50 años se han hecho muchos estudios sobre la alimentación, que a veces dan resultados contradictorios o son inconsistentes, lo que confunde a los consumidores.





LOS VEGETALES MAS BENEFICIOSOS Y LOS FACTORES MAS PERJUDICIALES
Agudo insistió en que el beneficio de los alimentos parece que se da si frutas y verduras tienen el mayor peso en la dieta, pero siendo ésta variada. Recordó que estudios con nutrientes aislados (como suplemento de vitaminas) no dieron iguales resultados. Los responsables de la investigación argumentan además que las hortalizas más beneficiosas son aquéllas que tienen semilla. «Los vegetales con semilla, como los tomates o los pepinos; así como los vegetales de raíz, como la zanahoria, tienen un efecto más marcado porque cuentan con potentes antioxidantes», declaró Antonio Agudo, del Servicio de Epidemiología del ICO y director del estudio.



Para ciertos vegetales (tomates y zanahorias, fundamentalmente) y frutas frescas en general, el riesgo se redujo más significativamente cuanto mayor era el nivel de consumo; aunque este patrón no se repitió en el caso de patatas o legumbres. Los especialistas también tuvieron en cuenta otros posibles factores de la dieta o el estilo de vida que podrían haber influido en sus conclusiones; y admiten que es difícil excluir completamente el peso que alguno de estos 'factores residuales' podría haber tenido en los resultados.Los investigadores reclamaron concienciar de la necesidad de una dieta saludable, «de la misma manera que se ha ha hecho con el tabaco», y no eludieron insistir en los beneficios del deporte y la reducción de la obesidad. Sin embargo, recordaron que la dieta no es la solución a todos los problemas médicos. «No puede ser que uno coma muchas naranjas y fume; lo primero que tiene que hacer es dejar de fumar», manifestó Agudo.



CONCLUSIONES Y CONSEJOS
Antonio Agudo, el médico responsable del estudio, asegura que “consumir más de una pieza de fruta diaria y más de un plato de verdura reduce en un 30 por ciento la mortalidad”.El responsable del estudio cree que “si a uno le cuesta llegar a estos mínimos, unos 500 gramos diarios, por lo menos sería recomendable no bajar de un plato de vegetales y una pieza de fruta al día; eso es fundamental” , y añade que estos mínimos se pueden alcanzar incluso comiendo fuera de casa.González explicó que “se recomienda consumir unos 30 gramos diarios de fibras de cereales, principalmente de cereales integrales como el pan integral o los frutos secos”.Otro de los investigadores participantes en el estudio, Carlos González, pidió la realización de “campañas para fomentar una dieta saludable, en un momento en el que se está reduciendo el consumo de la dieta mediterránea tradicional”.



"El mensaje general de esta investigación es que un consumo elevado de frutas y hortalizas, a dosis habituales, está relacionado con un mejor estado de salud", añade el doctor Agudo. "Un efecto que no hemos sido capaces de reproducir artificialmente con suplementos vitamínicos cuando se han llevado a cabo ensayos clínicos con estos productos, sobre todo en EEUU".
Estos resultados, añaden los investigadores, coinciden con otros trabajos epidemiológicos que se han llevado a cabo, por ejemplo, en Grecia y en EEUU, y que han puesto de manifiesto las bondades de frutas y verduras.

2007-07-18

Adiccion a la Cafeina - Parte 1 - Generalidades


Ranking: 10%

Los alimentos que nuestro cuerpo no reconoce como tales a través de su registro genético, crean varios desórdenes, uno de los cuales es la adicción.
Esta es la primera nota de una serie que iremos publicando sobre los daños de la cafeína, una posible puerta de entrada a adicciones más serias, ya que suele ser la primera droga hecha y derecha que conocen los niños. Nosotros sostenemos que el estado de adicción es totalmente diferente al estado de salud, y una vez creado el síndrome adictivo en un cuerpo, ese propio cuadro tenderá hacia otras substancias adictivas, generalmente primero hacia el alcohol, luego las drogas "blandas" (marihuana, éxtasis) y más tarde las drogas "duras" (cocaína, heroína)

¿Cuál es el papel de las "inocentes" gaseosas y de las tazas de té, café o mate, en la epidemia mundial de adicción joven?
Esa es la pregunta que tratará de dilucidar esta serie de notas en Dieta Evolutiva.

"Hay más drogadictos del café en los Estados Unidos que drogadictos de cualquier otra clase."
Charles F. Withal

La cafeína es la droga cristiana de preferencia. Beba un vaso de vino tinto o prenda un cigarrillo durante la Hora de Compañerismo del Domingo a la Noche y a usted lo sacarán de las orejas. Pero un barril de 200 galones de estimulante adrenálico negro traerá amistosas sonrisas de placer. La reunión no sería la misma en ausencia de este aroma de nueces llenando el sótano de la iglesia. Pequeñas tazas blancas Styrofoam flotando en pequeños grupos de conversaciones celestiales.
La cafeína es altamente adictiva. Suspender el café puede causar síntomas de abstinencia tales como dolores de cabeza, insomnio e irritabilidad. La naturaleza ácida del café puede llevar a las úlceras estomacales. Cuando el exceso de ácido entra en el torrente sanguíneo, también aumenta la pérdida de calcio en la orina. Tanto el café como el té no tienen valores nutricionales. El tanino, la substancia que amarrona las tazas de té y cubre las teteras, es usado para teñir el cuero. Imagine el estómago luego de veinte años de tomar té.

Coca Cola puso cocaína en su bebida al principios de siglo. Vendió extraordinariamente bien. Algunos consumidores sucumbieron ante la cualidad adictiva de la cocaína y comenzaron a beber el jarabe de Cola sin diluir. Cuando la cocaína fue prohibida para su uso en bebidas ligeras, los embotelladores cambiaron a la cafeína. Los vendedores top de bebidas ligeras están cargadas de cafeína:

  • Coca Cola: 62 mg
  • Mountain Dew: 49 mg
  • TAB: 45 mg
  • Café instantáneo: 66 mg por taza.
En los días calurosos de verano, los niños pueden beber grandes cantidades de gaseosas cafeinadas. Niños con la mitad del peso de un adulto y con tres veces más sensibilidad. Una lata de cola equivale para ellos lo que 3 tazas de café instantáneo para un adulto. Cafeína, combinado con azúcar, sal, y una dieta alta en comida sintética, crea a un jovencito incontrolable.
La cafeína también se halla en remedios para el resfrío, pastillas para dieta, pastillas para despertarse, chocolate, y calmantes del dolor. Calmantes del dolor prescriptos y de venta libre sumarán a su cuota de cafeína:
  • Excedrina: 65 mg
  • Midol: 32 mg
  • Anacin: 32 mg
  • Darvon Compuesto: 32 mg
  • Fiorinal: 32 mg
En vez de curar el resfrío, la cafeína enlentece la eliminación de moco y destruye la vitamina C.
En un estudio, las cuatro razones principales por las cuales las personas eliminaron el café, fueron:
  • desórdenes del sistema nervioso: 39%
  • problemas gastrointestinales: 37%
  • terminar con la adicción: 19%
  • tumores fibrocísticos de seno: 15%

Los monos son criaturas sensibles. Durante la Guerra de los Boers, los enemigos de los británicos envenenaban a menudo sus suministros de comida. Los soldados utilizaban a los monos para probar la comida. Ellos elegían qué comer manteniendo la comida debajo de su mandíbula, y si la comida estaba envenenada, el mono lo arrojaba lejos. Un practicante de medicina natural, fascinado por el cuento, decidió probar si los babuinos tenían una habilidad similar. Una manzana fue inyectada con café fuerte a través de una aguja hipodérmica. Se les dieron dos manzanas, la manzana no tocada fue comida con hambre por un babuino, y un segundo babuino recibió la manzana inyectada. Lo mantuvo delante de su mandíbula, dejó escapar un enojado chillido y trató de atacar al experimentador. Luego se le dió una manzana buena y se fue a un rincón a comerlo alegremente.
La cafeína es capaz de penetrar profundamente en los tejidos vitales. La evidencia muestra que puede estar vinculado a la infertilidad masculina y también a defectos de nacimiento al traspasar la placenta. Tomar café durante el amamantamiento puede causar que la cafeína esté presente en la leche materna.
La cafeína tiene un efecto poderoso sobre las arterias coronarias y los vasos pulmonares y sistémicos, causando una mayor afluencia de sangre al músculo cardíaco, pero disminuyendo la afluencia de sangre al cerebro al constreñir los vasos sanguíneos cerebrales. La cafeína puede causar latidos anormalmente rápidos, anormalmente lentos, e irregulares, del corazón. También puede causar un caos en la presión sanguínea, produciendo comúnmente hipertensión. El café ha sido vinculado con la enfermedad cardíaca, cáncer de páncreas y de vejiga, e hipoglicemia.
La cafeína es un estimulante del sistema nervioso, proveyendo ese empujón familiar del que hemos llegado a depender. Pero como todos los estimulantes, hay un precio que pagar. Si usted sobreexige al cuerpo por un período prolongado de tiempo a través de la estimulación de las adrenales, se espera que ocurra una crisis.

Extracto de FOUNDATION TO ALL FREEDOM

2007-07-11

Adiccion a la comida: una posibilidad inquietante



Ranking: 20%
Confirma que los alimentos que llegaron tarde a nuestra evolución pueden causar una alteración similar a la de cualquier droga, llevando, por ejemplo, a la adicción.
Vivir alejado de la Naturaleza, sometido a las presiones publicitarias y culturales de las ciudades, es otro factor que conduce a lo mismo.

La "adicción" a la comida, ¿explica la explosión de obesidad?

Por Nanci Hellmich, USA TODAY

La obesidad ha sido siempre atribuida a una voluntad débil, al comer en exceso, a la genética y a la falta de ejercicio. Ahora los científicos, en forma creciente, están viendo señales que sugieren que puede haber un contribuyente adicional: la adicción a la comida.


Docenas de los investigadores líderes en la nación sobre la obesidad, nutrición y adicción, discuten si la comida tiene propiedades adictivas para algunas personas.

"Creemos que hay suficiente ciencia como para sugerir que hay algo como esto, así que reunimos a las autoridades líderes para decidir si la adicción a la comida es real, y qué podría ser bajo la subyacente psicología y biología" dijo Kelly Brownell, director del Rudd Center.

"Es sorprendente que nuestro campo haya pasado por alto este concepto durante tanto tiempo" dijo. "La sociedad atribuye la obesidad solamente a las personas que la padecen, y ha cerrado su mente a otras explicaciones."

"El apoyo a la idea de la adicción a la comida proviene de estudios en animales y humanos, incluyendo investigación de imágenes cerebrales en humanos" dice Mark Gold, jefe de medicina para la adicción en McKnight Brain Institute de la Universidad de Florida, que es un co-presidente del evento.

En un marco médico, "nosotros evaluamos a las personas que eran demasiado pesadas para abandonar sus sillas reclinables y demasiado grandes para salir por la puerta" dijo. "Ellos no comen para sobrevivir. Ellos aman comer y se pasan el día planificando sus nuevas opciones de comida para llevar."

La psiquiatra Nora Volkow, directora del National Institute on Drug Abuse, una conferencista en el encuentro, dijo que la investigación en esta área es complicada, pero la mayoría de los problemas de peso de la gente no están causadas por la adicción a la comida.

Algunos estudios hacen foco en la dopamina, un neurotransmisor en el cerebro que está asociado al placer y la recompensa. "El funcionamiento defectuoso del sistema cerebral de la dopamina puede hacer que algunas personas sean más vulnerables a comer compulsivamente, lo cual puede conducir a la obesidad mórbida," dijo Volkow. Ella hizo una novedosa investigación en esta área mientras estaba en la U.S. Department of Energy's Brookhaven (N.Y.) National Laboratory.

"Para los comedores compulsivos, el impulso de comer es tan intenso que eclipsa a la motivación de engancharse en otras actividades gratificantes, y se vuelve difícil ejercer el autocontrol. Esto es similar a la compulsión que un adicto siente hacia tomar drogas" sigue diciendo. "Cuando esto ocurre, la conducta compulsiva de comer puede interferir con su bienestar y su salud."

"Pero hay muchas diferencias entre la adicción a las drogas y la intensa compulsión por la comida, " dijo ella. "La comida es necesaria para sobrevivir, y comer es una conducta compleja que involucra a muchas diferentes hormonas y sistemas del cuerpo, no solamente el sistema de placer/recompensa" continúa Volkow. "Hay múltiples factores que determinan cuánto come la gente y qué comen."

Ella no cree que la mayoría de las personas tienen sobrepeso porque los sistemas de dopamina de sus cerebros no funcionan debidamente. "Hay muchas causas para el exceso de peso, incluyendo hábitos no saludables de comida, falta de ejercicio, vulnerabilidad genética, y stress" sigue diciendo.

Aunque no hay una definición oficial de la adicción a la comida, Gold lo define bastante de la misma manera que de otras dependencias de substancias: "Comer mucho a pesar de las consecuencias, aún con consecuencias graves para la salud; estar preocupado por la comida, preparación de alimentos y comidas; tratando y fallando en disminuir la ingesta de comida; sintiéndose culpable acerca de comer y comer en exceso."

El cree que algunas comidas son más adictivas que otras. "Puede ser que las rosquillas con mucha grasa y azúcar causen más recompensa cerebral que la sopa."

Otros abuchean la idea de la adicción a la comida. "Es una simplificación estúpida del término 'adicción' " dice Rick Berman, director ejecutivo del Center for Consumer Freedom, un grupo financiado por la industria de restaurantes y alimentos. "El término está siendo sobreutilizado. La gente no está asaltando las tiendas para poner sus manos sobre los Twinkies."

"Mucha gente adora las tartas de queso y las comerían siempre que se las ofrezcan, pero yo no llamaría a eso una adicción," dice. "El problema aquí es la intensidad de las ganas de la gente, y eso difiere mucho."

2007-07-06

La Dieta Cavernicola controla la Diabetes mejor que la Dieta Mediterranea





Ranking: 10%
Confirma que nuestro cuerpo tiene problemas para vérselas con los alimentos modernos, que pueden causar diversas enfermedades, tales como la diabetes, obesidad y enfermedades cardiovasculares; asimismo, una dieta que imita a nuestra dieta ancestral puede ayudar en el control de estas mismas enfermedades.

La Dieta de la Edad de Piedra es la Mejor para Bajar el Azúcar en Sangre

Tire todos los libros de cocina mediterránea y vuelva a la Edad de Piedra si está buscando bajar sus niveles de azúcar en sangre.

La dieta de 2.000.000 de años de cazadores-recolectories es tres veces más efectiva en bajar los niveles de glucosa que la Dieta Mediterránea, de acuerdo a un nuevo estudio de la Universidad de Lund, en Suecia.

La dieta de una tribu que aún sigue con un estilo de vida de la Edad de Piedra puede dar una clave vital para combatir la diabetes, de acuerdo a un nuevo estudio.

Inspirado por la baja incidencia de enfermedades cardíacas y diabetes entre la tribu Kitava de Papúa Nueva Guinea, los científicos se propusieron descubrir si había algo en el estilo de vida cazador-recolector que pudiera ayudar a combatir la enfermedad.

Los descubrimientos de la investigación sueca demostraron que una dieta "paleolítica" es considerablemente más efectiva que una saludable dieta mediterránea para reducir las fluctuaciones en los niveles de azúcar en sangre.

No Cereales, No Males (No Grains, No Pains)

La principal diferencia entre las dietas fue un mucho menor consumo de granos y productos lácteos, y un mayor consumo de frutas en el grupo de la Edad de Piedra.

Los pacientes que consumieron carnes magras, pescado, frutas, vegetales, yogurt y pasta durante tres meses vieron bajar sus niveles de azúcar en un 7 por ciento, según el estudio. Aquellos que adoptaron ese régimen y excluyeron los productos lácteos y granos, lo que los investigadores llaman la dieta de la Edad de Piedra, lo hicieron aún mejor. Tuvieron una baja del azúcar de un 26 por ciento.

"Esas dos clases de comidas no estuvieron disponibles durante la evolución humana," así que el cuerpo no está bien equipado para procesarlos, Staffan Lindeberg, el autor que lidera el estudio, afirmó en una entrevista telefónica hoy, desde Lund. Un profesor asociado en el departamento de medicina de Lund, Lindeberg, 57, siguió la dieta por 20 años y tiene "el peso de mi juventud," dice.

Los científicos encontraron que los pacientes con un pobre control de la glucosa podían mejorar mucho su capacidad de manejar el azúcar si adoptaban los hábitos de alimentación prehistóricos.

La dieta paleolítica dada a los voluntarios fue similar a lo que los humanos modernos estuvieron comiendo cuando ellos caminaron por primera vez fuera de Africa hace 70.000 años.

En ese tiempo, antes del advenimiento del cultivo, los humanos fueron cazadores-recolectores que recorrían la tierra. La dieta consistía en carnes magras, pescado, frutas, vegetales, raíces y semillas.

Los cereales, productos lácteos, grasa refinada y azúclar - que proveen la mayor parte de las calorías en la dieta moderan - sólo se convirtieron en alimentos de primera necesidad con el comienzo de la agricultura hace unos 9.000 años.

Un Estudio Revelador

Para el estudio, se les pidió a 14 pacientes cardíacos con intolerancia a la glucosa que sigan la dieta de sus antiguos ancestros durante 12 semanas.

Luego fueron comparados con un grupo similar de 15 pacientes que adoptaron una supuestamente saludable dieta mediterránea que consistía de granos enteros, productos lácteos bajos en grasa, frutas, vegetales y grasas no saturadas.

Todos los que tomaron parte sufrían de un aumento del azúcar en sangre luego de consumir carbohidratos, y la mayoría había tenido síntomas de diabetes tipo 2.

Luego de 12 semanas, el azúcar en sangre aumentado ligado a los carbohidratos había caído en un 26 por ciento en el grupo dietario de la Edad de Piedra, descubrieron los investigadores suecos. En contraste, eso apenas había cambiado en aquellos que seguían la dieta mediterránea, cayendo sólo en un 7 por ciento. Al final del estudio, todos los pacientes en el grupo paleolítico tenían glucosa en sangre normal.

La principal diferencia entre los participantes fue una mucho menor ingesta de productos lácteos y cereales, y un mayor consumo de frutas en el grupo paleolítico.

Algo más que la reducción calórica y pérdida de peso fue responsable de la diferencia en los resultados, dijo el dr. Staffan Lindeberg, de la Universidad de Lund, cuyos resultados fueron publicados por el Consejo de Investigación Sueco. "Si usted quiere prevenir o tratar una diabetes tipo 2, puede ser más eficiente evitar algunas comidas modernas que contar las calorías o los carbohidratos."

Los altos niveles de azúcar en sangre puede causar diabetes, lo que puede conducir a enfermedades del corazón y riñones, ceguera y ataques cardiovasculares. Los investigadores aún se hallan estudiando cuál dieta puede ser la mejor para bajar los niveles de azúcar.

Las recomendaciones nutricionales de la Asociación Americana de Diabetes incluyen granos enteros y productos lácteos desgrasados. Los investigadores sugieren hasta ahora que una dieta Mediterránea conteniendo altas cantidades de frutas y vegetales, pequeñas porciones de semillas, poca carne roja, y pescado, regularmente, puede prevenir muy bien la obesidad, una de las principales causas de la diabetes.

Cerca de 246 millones de personas sufren de diabetes, y se espera que esa cifra aumente a 380 millones hacia el 2025 a menos que se adopten medidas de prevención más agresivas, según estimaciones de la Federación Internacional de Diabetes.

El estudio sueco es pequeño. Incluye a 29 personas con problemas cardíacos que fueron reclutados de la unidad de cuidados coronarios de la universidad. Catorce fueron puestos en la dieta de la Edad de Piedra, mientras que 15 adoptaron la dieta Mediterránea, añadiendo productos lácteos y granos tales como las pastas. El estudio será publicado al final de este año en la revista "Diabetología" de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes, y está disponible ahora en la Web.

"Esto es, simplemente, la aplicación de la biología evolucionaria a la salud humana," dijo Lindeberg, quien ha escrito un libro de cocina de la Edad de Piedra en sueco. La comida "puede saber muy bien."

Technorati:

2007-07-01

Evolucion humana en los cinco continentes





Ranking: 10%
Confirma que la evolución humana continúa en nuestros días, bajo presiones del clima, la sociedad, los alimentos y las enfermedades.
Comprender estos procesos es una parte importante en el diseño de una futura "dieta perfecta" para cada individuo, que seguramente contemplará nuestra historia genética personal.


Los Humanos se Dispersaron Globalmente, pero Evolucionaron Localmente

Por NICHOLAS WADE

Los historiadores asumen a menudo que ellos no necesitan prestar atención a la evolución humana porque el proceso llegó a detenerse en un distante pasado. Esa asunción parece ser menos y menos segura, a la luz de nuevos hallazgos basados en la decodificación del ADN humano.Mapa de las migraciones humanas desde Africa hacia los cinco continentes

Las personas han continuado evolucionando desde que abandonaron el hogar ancestral en el noreste de Africa hace 50.000 años, tanto a través del proceso azaroso conocido como deriva genética como de la selección natural. El genoma tiene muchas huellas en los lugares donde la selección natural ha remoldeado la arcilla humana, según descubrieron los investigadores, a medida que las poblaciones en los distintos continentes se adaptaban a nuevas enfermedades, climas, dietas y, quizás, demandas conductuales.

Una llamativa característica de muchos de esos cambios es que son locales. Los genes bajo la presión selectiva encontrada en una población basada en un continente o raza, son mayormente diferentes de aquellos que ocurren en otros. Los genes tan sólo constituyen una pequeña fracción del total de los genes humanos.

Una notable instancia de la reciente selección natural es la emergencia de la tolerancia a la lactosa - la habilidad de digerir lactosa en la adultez - entre la población de pastores de ganado del norte de Europa hace unos 5000 años. Lactasa, la enzima que digiere el principal azúcar de la leche, usualmente se desactiva luego del destete. Pero a causa del gran beneficio nutricional para los pastores de ganado de poder digerir la lactosa en la adultez, un cambio genético que mantiene activa al gen de la lactasa se expandión entre la población.

La tolerancia a la lactosa no está confinada a los europeos. El año pasado, Sarah Tishkoff, de la Universidad de Maryland y sus colegas, examinaron a 43 grupos étnicos en el este de Africa, y encontraron tres mutaciones separadas, todas diferentes de la europea, que mantienen al gen de la lactasa activa en la adultez. Una de las mutaciones, encontrada en personas de Kenya y Tanzania, puede haber aparecido tan recientemente como hace 3.000 años.

La tolerancia a la lactosa se ha desarrollado independientemente cuatro veces, como instancias de una evolución convergente. La selección natural ha utilizado las diferente mutaciones disponibles en las poblaciones europeas y del Africa del este para hacer que cada una de ellas desarrollen tolerancia a la lactosa. En Africa, aquellos que tienen la mutación fueron capaces de dejar 10 veces más progenie, creando una fuerte ventaja selectiva.

Los investigadores, estudiando otros genes simples, han encontrado evidencia de un reciente cambio evolucionario en los genes que median en condiciones tales como el color de la piel, resistencia a la malaria y retención de sal.

Las instancias más llamativas de la reciente evolución humana emergieron de una nueva clase de estudio, uno en el cual el genoma es escaneado buscando evidencias de presiones selectivas, observando unos pocos cientos de miles de lugares específicos donde la variación es común.

El año pasado, Benjamín Voight, Jonathan Pritchard y colegas de la Universidad de Chicago buscaron genes bajo selección natural en africanos, europeos y asiáticos del este. En cada raza, unos 200 genes mostraron señales de selección, pero sin mucha sobreimposición, sugiriendo que las poblaciones en cada continente se estuvieron adaptando a desafíos locales.

Otros estudios, hechos por Scott Williamson y colegas, de la Cornell University , publicados en PLoS Genetics este mes, encontraron 100 genes bajo selección en chinos, afro-americanos y europeo-americanos.

En la mayoría de los casos, la fuente de la presión selectiva es desconocida. Pero muchos genes asociados con la resistencia a enfermedades emergieron de los escaneos, confirmando que la enfermedad es una poderosa fuerza selectiva. Otra categoría de genes bajo presión selectiva ocupa aquellos involucrados en el metabolismo, sugiriendo que las poblaciones estuvieron respondiendo a cambios en la dieta, quizás asociados con el cambio de la caza y recolección a la agricultura.

Muchos genes involucrados en la determinación del color de la piel han estado bajo presión selectiva en europeos y asiáticos del este. Pero el estudio del Dr. Pritchard detectó genes de color de piel sólo en europeos, y el Dr. Williamson encontró mayormente genes seleccionados entre los chinos.

La razón de la diferencia es que el examen estadístico del Dr. Pritchard detectó variaciones genéticas que se han vuelto muy comunes en una población pero que aún no son universales. Las variantes elegidas por el Dr. Williamson ya han cundido en una población y ya son poseídos por casi todos.

Los descubrimientos sugieren que los europeos y asiáticos del este adquirieron su piel pálida a través de diferentes rutas y, en el caso de los europeos, quizás tan recientemente como hace unos 7.000 años.

Otro rompecabezas se presenta en los genes seleccionados involucrados en la función cerebral, que ocurren en diferentes poblaciones y pueden, presumiblemente, ser respuestas a desafíos conductuales encontrados desde que las personas dejaron el hogar ancestral en Africa.

Pero algunos genes tienen más de un papel, y algunos de esos genes relacionados con el cerebro pueden haber sido seleccionados por otras propiedades.

Hace 2 años, Bruce Lahn, un genetista de la Universidad de Chicago, reportó haber encontrado signaturas de selección en dos genes relacionados con el cerebro de un tipo llamado microcefalines, porque cuando mutan, las personas nacen con cerebros muy pequeños. Dos de los microcefalines estuvieron bajo selección entre los europeos, y uno entre los chinos, reportó el Dr. Lahn.

Sugirió que las formas seleccionadas del gene han ayudado a mejorar la capacidad cognitiva, y que muchos otros genes, aún a ser identificados, pueden haber hecho lo mismo en éstas y otras poblaciones.

El gen microcefalin no apareció en la lista de genes seleccionados del Dr. Pritchard ni del Dr. Williamson, y otros investigadores han disputado las afirmaciones del Dr. Lahn. El Dr. Pritchard encontró otros dos genes microcefalines que estaban bajo selección, uno en africanos y otro en europeos y asiáticos del este.

Aún más llamativamente, el grupo del Dr. Williamson reportó que una versión del gen llamado DAB1 se ha vuelto universal entre los chinos, pero no en otras poblaciones. DAB1 está involucrado en la organización de las capas de células en la corteza cerebral, el sitio de las funciones cognitivas superiores.

Variantes de dos genes involucrados en la audición se han vuelto universales, uno entre los chinos, y el otro entre los europeos.

La lista emergente de genes humanos seleccionados puede abrir nuevas comprensiones sobre las interacciones entre la historia y la genética. "Si nos preguntamos cuáles son los eventos evolutivos más importantes de los últimos 5.000 años, ellos son culturales, como la expansión de la agricultura, o las extinciones de poblaciones a través de guerras o enfermedades," dijo Marcus Feldman, un genetista poblacional de Stanford. Estos eventos culturales probablemente dejaron profundas marcas en el genoma humano.

Una investigación genómica de poblaciones del mundo realizado por el Dr. Feldman, Noah Rosenberg y colegas en el 2002, demostró que las poblaciones se agrupan genéticamente sobre la base de pequeñas diferencias en el ADN que se corresponden con las poblaciones basadas en los cinco continentes: africanos, aborígenes australianos, asiáticos del este, indígenas americanos y caucásicos, un grupo que incluye europeos, y poblaciones del Medio Oriene y el subcontinente de la India. El agrupamiento refleja "efectos fundadores seriales", dijo el Dr. Feldman, significando que a medida que las poblaciones migraban a través del mundo, cada nueva población sólo llevó parte de las variaciones genéticas de donde ellos derivaron.

Los nuevos escaneos buscando selecciones demostraron que las poblaciones de cada continente se han desarrollado independientemente en algunas formas a medida que respondían a climas locales, enfermedades y, quizás, situaciones conductuales.

El concepto de raza como teniendo una base biológica es controversial, y la mayoría de los genetistas son reluctantes a describirla de esa manera. Pero algunos dicen que los agrupamientos genéticos en grupos basados en continentes corresponden rudamente a la concepción popular de grupos raciales.

"Hay dificultades en dónde poner los límites en el globo, pero ahora sabemos que hay suficientes diferencias genéticas entre las poblaciones de diferentes partes del mundo como para clasificar a las personas en grupos que corresponden a las nociones populares de raza" dijo el Dr. Pritchard.

David Reich, un genetista poblacional del Harvard Medical School, dijo que el término "raza" era científicamente inexacto, y que él prefería "ancestros". Los exámenes genéticos de ancestros son actualmente tan precisos, dijo, que ahora pueden identificar no sólo europeos, sino que también puede distinguir a europeos del norte y del sur. Los exámenes de ancestros son utilizados para identificar genes por el riesgo de enfermedades, comparándolos con las personas saludables. Las personas de diferentes razas son excluídas de tale estudios. Las diferencias genéticas pueden oscurecer las diferencias genéticas entre los pacientes y las personas sin afecciones.

Nadie sabe aún hasta qué punto la selección natural por condiciones locales pueden haber forzado a las poblaciones de cada continente hacia diferentes senderos evolutivos. Pero esos senderos pueden volverse de alguna manera paralelos. Al menos algunos de los cambios evolutivos que están emergiendo ahora son claramente convergentes, significando que la selección natural ha hecho uso de las diferentes mutaciones disponibles en cada población para cumplir la misma adaptación.

Este es el caso de la tolerancia a la lactosa en poblaciones europeas y africanas, y con la piel pálida de asiáticos orientales y europeos.


Fuente: The New York Times

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